martes, 12 de agosto de 2014

¿París, la ville de l'amour?




En un rincón de la transitada París me encuentro, un pequeño café en lo alto de un gran edificio estilo renacentista. Algo en este espacio me hace sentirme como en casa, quizás sea la chimenea al fondo que se enciende todo el día durante el invierno, o quizás cada objeto de este lugar parece que estar en armonía con los demás. De cualquier manera, este lugar me hace no añorar mi acogedora casa.
Lo que sí me hace ir cada día, son aquellas vistas que hay, edificios antiguos que se complementan y hacen disfrutar realmente del paisaje.
Me siento en la última mesita, la más cercana al balcón, y observo durante minutos. Hasta que me viene la inspiración y soy capaz de escribir cualquier cosa. Lo hago durante horas y horas.
Mi mente vaga por todo lo vivido; las experiencias que me han sucedido; las sorpresas, buenas o malas, que me han golpeado ... recuerdo cada pelo de tu cabello, cada lunar que adornaba tu cara ... también cómo lucía tu cara en plena Navidad. Son muchas cosas las que recuerdo, y las que escribo. 

Porque aquel lugar de París debe ser el único donde me inspiro.

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