Novela


"Soñaba con irme lejos de aquí, escapar a algún lugar remoto donde nadie pudiera encontrarme". Había releído esta frase millones de veces intentando comprender cada parte de mi que hacía querer hacer esto, escaparme. Si tan solo pudiera irme, alejarme de esto en lo que me han convertido. 
- ¡Te odio por convertirme en una persona horrible que ni siquiera sabe de donde proviene! - le grito con toda mi fuerza.

13 de Octubre de 2014. 

No se lo que estoy haciendo, ni siquiera se por qué salí a correr esta mañana. No lo hacía desde que Matt murió. 
Estoy fatigada, necesito parar, si no acabaré en el suelo como la última vez. No quiero volver al hospital por agotamiento. Eso se hace horrible. 
Faltan seis kilómetros hasta mi casa y realmente no quiero volver porque temo enfrentarme de nuevo a mi madre. No hace ni seis meses que mi hermano Matt se fue, así lo llama mi madre, no prefiero ser clara y decir suicidó, porque eso fue lo que pasó realmente, pero mi madre es una de esas arpías sin corazón que solo quiere aparentar tener la familia perfecta. Ella realmente tiene mucho que aclararnos porque las preguntas se acumulan en mi mente y en las de mis tres hermanos.
Sigo divagando sobre Matt y lo increíble que era. No me creo que se haya ido. Era la persona más fuerte que conocía y no me creo que mi madre haya podido con él. Recuerdo lo mucho que le gustaba leer. Iba al parque, al mismo lugar, un árbol lejano de todos, para evadirse en sus libros. Igual que mi abuelo.
Yo también heredé esa obsesión por los libros.
De repente una lágrima rueda por mi mejilla, rápidamente me la seco, yo no lloro. No lloré por Matt, ni por el abuelo. Simplemente no lloro. No significa que no sienta, pero soy lo suficiente fuerte para no tener que recurrir a empañar mis ojos de agua. Así de simple.
Tras sacarme de mi ensimismamiento, miro a mi alrededor, pero me perdí. 
Un cartel llama mi atención. "Tiffany's Coffee". ¿Es nuevo? El local parece antiguo.
Pero me enamoro de él, tiene una terraza donde puedes ver todo el lago y los árboles que le rodean. Todo me hace amarlo, ese sitio es especial y sé que aquí es donde voy a regresar a mi mundo entre libros. 
Llena de curiosidad, entro y me encuentro un lugar acogedor, estilo parisino, color café, con mesas y sillas blancas y muchas flores, al fondo una foto de París en pleno apogeo. Definitivamente, este lugar es mágico.
Una voz me saca de mis pensamientos sobre el local.
- ¿Perdona? ¿Deseas tomar algo? - me pregunta alguien detrás de mi.
Me doy la vuelta y ... ¡No puede ser! 
- ¿Ryan? - pregunto, todo mi cuerpo sorprendido porque haya vuelto a la ciudad.
- Sí - me mira estudiandome como si tratara de acordarse de quién soy - ¿Step? ¿Eres tú? 
Todo mi cuerpo se tensó. Hacía años que no escuchaba ese apodo salir de la boca de alguien que no fuese Matt, pero claro, Ryan era su mejor amigo, también mi amor platónico desde que tenía 9 años. ¿Me pregunto si sabrá lo de Matt? 
- Sí, soy yo, pero nadie me llama así desde hace tiempo, es raro escucharlo de nuevo- le sonrío para que no pueda ver lo nerviosa que estoy.
- Me alegro de verte - dice.
- Y yo. Bueno, tengo que irme que se me ha echo tarde, nos vemos otro día por aquí ¿vale? - digo. Me quiero ir, me siento incómoda porque no se como decírselo.
Nos decimos adiós mutuamente y me memorizo donde está el lugar para volver mañana por la tarde a comenzar con otro libro.

Llegó a casa sin aliento por haberme apresurado tanto pero llegaba tarde y no necesitaba un sermón de mi madre a las 9 de la mañana. Hoy es un día importante para la familia. Se celebra el baile de Otoño en nuestra casa y todo debe ser perfecto. 
Cuando abro la puerta de casa todo el mundo está corriendo de un lugar para otro. Mi madre, con una voz chillona, dando órdenes desde su silla en lo alto de las escaleras. No hay nadie tan artificial como ella.
- Stephanie, llegas tarde. Te he dicho muchas veces que tenemos un gimnasio en casa, no necesitas salir a correr. Así nos quitas de disgustos. Ahora ve a ducharte y ponte guapa que nos vamos a la peluquería para esta noche.
Esa mirada gélida que me lanza me corta la respiración. No se como mi padre la soporta, no es humana.
Corro a través del pasillo y llego a mi habitación. Brandon, Jack y Sky me esperan sentados en mi cama.
-¿Qué hacéis aquí? ¿La bruja no os ha ordenado que os pongáis guapos que salimos? - digo imitándola.
- No quiero celebrar la fiesta, no sin Matt. ¿Por qué no puede volver del viaje que hizo a Hawaii? - dice Jack. Es el más pequeño de todos, tiene 5 años y le dijimos que Matt se fue a Hawaii de estudios para que no lo pasará mal. Mala idea. 
- Porque tiene muchas cosas que debe resolver allí - contesta malhumorado Brandon, con unas lágrimas en los ojos.
- ¡Bueno,se acabó esto! ¡Nos lo vamos a pasar muy bien y bailaremos por Matt! - suelto gritando- Ahora, ¡fuera enanos,que me tengo que arreglar! 
Cuando por fin se van, me siento en la cama pensando si lo que le dijimos a Jack fue la mejor opción o simplemente deberíamos haberle dicho que Matt está arriba.
Decido que ya me he machacado la cabeza demasiado, tomo una ducha, más larga de lo habitual, y me visto con un suéter y unos jeans. Me pongo unas manoletinas y, de repente, suena mi móvil.
Ouch, es Dean. es el chico con el que estoy este mes. Me llamareis guarra pero simplemente nos besamos, no mucho más, tengo dieciséis, no voy a hacer nada estúpido por ahora. 
Decido ignorarlo, no me apetece hablar con él, es un niñato pijo sin ninguna neurona viva en su cerebro.
Bajo y mi madre me chilla:
- He invitado a Ryan Meyers, ya sabes, el mejor amigo de Matty. Ha vuelto a la ciudad después de recuperarse.
- Mamá, ¿recuperarse de qué? -. Se puede saber de qué está hablando ahora.
- Em, nada nada - dice nerviosa. Mi madre nunca se pone nerviosa. ¿Que está pasando?
Voy a preguntárselo cuando aparece Sky corriendo porque Brandon la persigue y ya se chafa nuestro momento.
¿Que le ha pasado a Ryan? Nunca me dijeron exactamente porque decidió dejar la ciudad, solo sé que se fué. Del día a la mañana decidió irse y dejarnos a Matt y a mi aquí solos.
Pensé que huyó de mí. Quizás ese beso fue una mala idea pero tanto él como yo queríamos.

Hace tres años ... En el porche de la casa de Ryan.

-Realmente eres muy guapa, no se como he podido aguantar todo este tiempo sin poder besarte - dice Ryan, justo antes de tomar mi cara entre sus manos y besarme. 
Sus labios saben muy bien, no hay manera de saber si estoy cayendo en el vacío o sigo en su porche. Nos tumbamos y seguimos besandonos ... por una eternidad o quizás por un segundo, hasta que alguien chilla y nos interrumpe.


No hay comentarios:

Publicar un comentario